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La Torre de Don Borja inauguró su exposición ‘Artefactos, la elasticidad de la escultura’, con un encuentro en el que participaron María Luisa Martín de Argila, comisaria de muestra, y dos de los artistas con obra presente en esta exposición colectiva: Eugenio Ampudia (Vaslladolid, 1958) y Julio Galindo (Badajoz, 1988). Martín de Argila reflexionó sobre la profunda transformación y evolución de la escultura a lo largo de las últimas décadas. Eugenio Ampudia y Julio Galindo, por su parte, hablaron de sus procesos creativos.

 

Eugenio Ampudia, en el encuentro, explicó cómo afronta el proceso creativo: «Soy artista porque me gusta contar cosas, mirar a mi alrededor y sacar conclusiones estéticas y políticas y contárselo a la gente que tengo cerca. Los artistas se tienen que comunicar con la sociedad de su momento, de su presente, con la gente que tiene próxima». Sus obras, en las que se introduce el movimiento y la sorpresa, pueden utilizar elementos mecánicos y desconcertar al espectador. Ampudia es uno de los máximos exponentes del carácter abierto de la escultura contemporánea: «Todo me sirve para hacer arte».
Julio Galindo, que centra su práctica en el trabajo con cerámica, explicó en qué consiste el proceso de creación para él: «El acto de crear es un poco religioso, mágico, porque consiste en hacer algo a partir de la nada. El arte me sirve para huir de la realidad, creo un nuevo mundo a través de los retales del mundo, para mí es lo más parecido a hacer magia, la magia no existe, pero si existiese consistiría en hacer arte. Mi práctica escultórica es muy pictórica, todos mis referentes son pintores y busco cómo interpretar eso en tres dimensiones».