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La Torre de Don Borja, en Santillana del Mar, celebró el pasado 18 de noviembre un encuentro para hablar de la obra de Deogracias Mariano Lastra (Santander, 1889-1955), uno los arquitectos más significativos de la primera mitad del siglo XX en Santander y que supo introducir en la región elementos vinculados a la nueva arquitectura, fundamentalmente en los numerosos proyectos que desarrolló entre 1927 y 1937, que lo convirtieron en uno de los precursores de llegada del movimiento moderno a España. El encuentro dialogó con la exposición temporal de la Torre de Don Borja, ‘De la madera al poliéster: el viaje moderno’, dedicada a la transformación estética y artística que experimentó el país a mediados del pasado siglo de la mano de una generación de arquitectos y artistas que, en su afán de progresar y conocer, evolucionaron hacia la modernidad sobrepasando así los límites culturales y políticos de la época. Fue uno de los nietos de Deogracias M. Lastra, el también arquitecto Pedro Fernández Lastra, el encargado de recordar la obra de su abuelo para poner en valor aspectos menos conocidos de sus trabajos, como el diseño de muebles o las tipografías que elaboraba de forma específica para cada nuevo proyecto arquitectónico.

 

 

Fernández Lastra destacó que “Deogracias, en un periodo asombrosamente breve –alrededor de 10 años–, construye los edificios que conforman un importante conjunto patrimonial, por escaso y vanguardista, que representa los inicios de la arquitectura moderna en la región».  Deogracias asumió la nueva arquitectura pero lo hizo adaptándola a lo local. Esta es una idea muy presente en la exposición temporal de la Torre de Don Borja, en arquitectos como Higueras, Coderch y el Gatcpac, que se traduce también en el diseño de un mobiliario que dialoga con la artesanía del momento.

 

 

 

 

Deogracias M. Lastra siguió el mismo camino de diálogo haciendo suya la modernidad. Fernández Lastra, en este sentido, recuerda que «este proceso de adopción del movimiento moderno no produjo la ruptura abrupta con su obra anterior, sino que se realiza hibridando formalmente, de una manera paulatina y progresiva los diversos lenguajes: regionalista, clasicista y racionalista, con el resultado de una arquitectura de gran interés y singularidad, capaz de adaptarse al entorno y al paisaje”.

 

 

El encuentro se centró, además, en aspectos menos conocidos de la obra de Deogracias, como el diseño de mobiliario (fundamentalmente para su propia vivienda) que llevó a cabo, como otros de sus contemporáneos, al entender un edificio de forma integral, dando importancia también a los espacios interiores y los muebles. Durante el diálogo se habló también los diseños tipográficos que realizaba de forma específica para cada uno de sus proyectos arquitectónicos, así como de su compromiso social, que compartía con otros coetáneos como el Gatcpac, Equipo 57 o Rafael Leoz, presentes todos ellos en la muestra ‘De la madera al poliéster: el viaje moderno’.