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El gran año expositivo de Juan Uslé (Santander, 1954), que arrancó el pasado mes de mayo en Nueva York con la muestra Cien días de abril en la galería Lelong, tiene su primera cita en España en la Torre de Don Borja con Un viaje paralelo, la muestra más íntima del artista santanderino, comisariada por su hija, la artista Vicky Uslé. El Palacete del Embarcadero de Santander, este verano, y Londres, en otoño, serán los próximos hitos expositivos de uno de los años más fructíferos de su carrera, que culminará en noviembre con la gran antológica que dedicará al creador cántabro el Museo Reina Sofía.

La exposición de la Torre de Don Borja, proyecto que impulsan las familias Polanco y Pérez Arauna, se inaugura con una conversación entre Juan y Vicky Uslé y recoge más de un centenar de obras realizadas a lo largo de los últimos treinta y cinco años, desde comienzos de los noventa hasta este 2025. Juan Uslé considera que “estos trabajos, realizados a lo largo de los últimos treinta y cinco años, conforman un sistema de notas, como un cuaderno de bitácora residual. La pintura es un medio lento y estas acuarelas tienen que ver con la reflexión, con profundizar en la experiencia singular y personal y con dar el tiempo necesario al proceso de creación”. Vicky Uslé, encargada del comisariado de la exposición, destaca que “las obras seleccionadas conforman una corriente sensorial abierta a la interpretación en la que abunda la mirada meditativa o reflexiva. Son piezas que conforman una atmósfera que nace del movimiento de las propias acuarelas, de su palpitar más sutil, que dota de ritmo y dinamismo a la exposición y permite al espectador acceder al imaginario menos visible del artista”.

 

Las obras son en su mayor parte acuarelas sobre papel, aunque en algunos casos recurre al acrílico y el collage, y Uslé las ha llevado a cabo principalmente en sus viajes por diferentes lugares del mundo, pero también en el recogimiento de sus estudios en Saro, Nueva York o Valencia. No es extraño, por ello, que lo primero que reciba al visitante sea un texto del artista titulado ‘Viajando sobre una pincelada’, un alegato en contra de la imposición del espectáculo y el consumo de experiencias. El artista considera que hoy en día “el viaje ya no importa, solo llegar a los lugares y cuanto antes mejor, sacar miles de fotos para luego enseñar y comparar, maquillando así el fracaso de nuestra experiencia. El espectáculo se impuso y sustituyó al arte, a sus dudas y a sus tiempos de reflexión”. Uslé, en el mismo texto que introduce la muestra, se pregunta “¿Dónde podemos perdernos ya, o encontrar un resquicio para la emoción? La experiencia personal, lo singular, ya no sirve ni es valorado como aprendizaje. Los tiempos se acortan y queremos llegar antes y a todas partes, olvidándonos de lo singular, y el sin tiempo, aquello que en realidad es la mayor de las riquezas”.

 

 

‘Un viaje paralelo’ es, justamente, ejemplo de todo lo contrario. Uslé propone a los espectadores un viaje personal a través de la aventura de la contemplación. Se trata de una muestra donde, siguiendo el hilo de la intimidad, los visitantes deben dar la espalda a la amplitud de las salas para aproximarse a cada una de las obras, todas de pequeño tamaño.  La naturaleza de los trabajos hace imprescindible esta aproximación a lo pequeño que, en la cercanía y ante el ojo atento, se llenan de matices y comienzan a expandirse. El silencio, la sutileza y la sensibilidad atraviesan la muestra, que ocupa cuatro salas de la Torre de Don Borja y que incluye dos lienzos de pequeño formato y un vídeo con una selección de aforismos seleccionados del libro Pasos y palabras, editado por La Fábrica en 2018, que reúne los textos escritos por el artista cántabro hasta esa fecha.

 

 

Las acuarelas de Juan Uslé inciden en algunas de sus obsesiones. Los paisajes se revelan en un espacio fronterizo entre la abstracción y la figuración. Lo que parece abstracto, se vuelve figurativo; lo que parece figurativo, se torna abstracto. Horizontes, mares y ríos, noches y albadas, montañas y campos, van sucediéndose en las más de cien obras que conforman una exposición en la que cada pincelada está llena de lirismo. Marcos Díez, director de la Torre de Don Borja, considera que “la naturaleza de la exposición obliga a ver la muestra de forma calmada y en silencio para poder sumergirse en las creaciones del artista” que vive y trabaja, junto a su compañera Vicky Civera, a caballo entre Manhattan y Cantabria. Díez considera que “el viaje que propone Juan Uslé en la Torre de Don Borja es inagotable porque cada obra, al verla con detalle, se convierte en una cartografía llena de matices cuya exploración podría no terminar nunca”.

Las acuarelas, desde la sencillez, ofrecen muchas claves para entender la obra de uno de los creadores contemporáneos más significativos y reconocidos a nivel internacional de las últimas décadas. Las Notas de Juan Uslé son quizá su faceta menos conocida como artista y complementan su universo creativo conformado principalmente por pinturas y fotografías.

La exposición de la Torre de Don Borja se completará con una cuidada publicación dedicada a este tipo de obra, un libro que será editado por La Fábrica con el apoyo de la Torre de Don Borja, la Colección Rucandio y Eulogio Sánchez. La propuesta se abre al público mañana domingo y se podrá visitar hasta el 30 de abril de 2026. Dadas las características del espacio, hay que reservar la visita en el 699265469 o escribiendo a contacto@torrededonborja.es.

 

 

La exposición de la Torre de Don Borja permitirá, en defintiva, conocer mejor a un artista que tras varias décadas de trabajo se ha ganado el respeto y la atención de la crítica internacional, así como de las principales instituciones que se centran en el arte contemporáneo. En una muestra retrospectiva de su trabajo realizada en el año 2003 por el Museo Nacional de Arte Reina Sofía, que incluyó ochenta cuadros y una treintena de fotografías, se consideró “su obra como una de las más evocadoras de su generación, con un estilo muy personal ligado a la abstracción, dominadas por un sentido de lo sensorial y de placer intelectual, donde el pensamiento y la acción, el concepto y la emoción se introducen en un juego ingenioso y sensible”.

            El artista participó en septiembre de 2023 en uno de los encuentros celebrados en la Torre de Don Borja, espacio en el que, además, se expone de forma permanente su obra ‘Saki’, pintada en 1990. A raíz de ese encuentro fue tomando forma la idea de esta exposición.